A propósito de...
"La escandalosa señorita Pilgrim"
de Frederica Sador Maas y otros libros muy interesantes
de King Vidor y Sidney Kirkpatrick.
de King Vidor y Sidney Kirkpatrick.
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Primeros años en Hollywood de Frederica Sador Maas. Es posible que el retrato forme parte de una serie que le hizo la gran fotógrafa Ruth Harriet Louise |
"Estoy viva y coleando y, bueno, hijos de
puta,
estáis bajo tierra mientras yo he vivido hasta los 99"
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Edición original publicada en USA |
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Edición en castellano de Seix-Barral |
Solamente el prólogo ya me condujo a otro libro que había leído 25 años antes, «Un elenco de asesinos», también de Seix-Barral, varias veces releido y a su autor; Sidney Kirkpatrick; después, a otro escritor y documentalista, Kevin Brownlow y a un director de cine, King Vidor, personaje clave de la historia que cuenta Kirkpatrick en su libro, por ser el instigador de la investigación que resolvió un crimen cometido en 1922 y resuelto casi 60 años después. Las memorias del propio Vidor, «Un árbol es un árbol», publicadas en USA en 1981 y en España en 2003 por Paidós y también leídas nada más aparecer y releídas posteriormente, contribuyen a formar junto a los dos mencionados, un lote de libros interrelacionados por el tema, la época y la profesión de los protagonistas pero, sobre todo, por lo extraordinariamente amenos que son, con independencia del interés que se pueda sentir por el mundo profesional en que se han desenvuelto autores y personajes mencionados y las personas con las que han convivido, sea personal o profesionalmente.
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Ernest Maas y Frederica Sador en los 50s. Ya se habían hartado de Hollywood. Se casaron en 1927 y permanecieron unidos hasta la muerte de él en 1987. |
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Sidney Kirkpatrick, autor de "Un elenco de asesinos", basado en las investigaciones de King Vidor |
En 1988, en el transcurso de una fiesta, Frederica Sagor conoció a Kirkpatrick, quien, al saber que ella había trabajado durante tres décadas como guionista en Hollywood, la acaparó durante toda la velada, consciente de que lo que suponían las experiencias personales de la guionista. En el transcurso de la conversación Kirkpatrick le preguntó a Sador si conocía a Kevin Brownlow, a lo cual le contestó que no, porque estaba ya muy alejada del mundo del cine. Semanas después fue el propio Brownlow quien quiso conocerla y entrevistarla. De dicha entrevista surgió la propuesta de Brownlow a Sador acerca de la conveniencia de escribir sus memorias, puesto que sabía cosas que sólo ella estaba en condiciones de explicar. La propuesta germinó instantáneamente y "La escandalosa señorita Pilgrim" se hizo realidad.
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Primera edición en castellano publicada en 1988 por Seix -Barral. |
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Primera edición en Paidós de las memorias de King Vidor, amenas, interesantes y una fuente inagotable de conocimientos |
Kevin Brownlow, historiador y documentalista, recibió un Oscar honorífico en 2010 por su contribución a la restauración y conservación de películas. Como buen investigador y estudioso del Cine, no dejó pasar la oportunidad de ponerse en contacto con Frederica Sagor para darle oportunidad de contar algunas de sus experiencias como guionista y también para hacerle sentir la conveniencia de escribir sus memorias.
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El actor Eli Wallach, Oscar honorífico, el director Francis Ford Coppola, premio Irving Thalberg y Kevin Brownlow, Oscar honorífico, en la Ceremonia del 2010, premiados por su contribución al Cine. |
La lectura de uno de los libros no significa que sea necesaria la de los otros dos. De hecho, yo los he leído con grandes intervalos de tiempo por la sencilla razón de que se fueron escribiendo y publicando con casi esos mismos 25 años que los separan. Sin embargo, una vez están todos al alcance de un lector, gozar de los tres es un placer al que es una lástima renunciar; independientemente de que se sea o no aficionado al cine, a quienes lo hacen y a los que les rodea. Por encima del tema está la realidad de unos seres humanos extraordinarios, que nos hicieron pasar momentos de emoción y entretenimiento y que a la hora de contar sus propias experiencias fueron tan competentes y amenos como cuando trabajaron y, sobre todo, sinceros.